Os dejo aquí una poesía del Padre Jesús del Castillo, navarro, que expresa bellamente el tempo del Adviento: la espera.
El Adviento se viste de violetas. Es, en el alma, tensión de espera. No es aún la cosecha: es primavera. El Adviento es hambre de pan, clamor de profetas; es mugido en los establos y cónclave en las estrellas. El Adviento es llamada en los cielos, luna que al sueño despierta, suave temblor de alborada que alerta, pasos de peregrinos que inquietan. El Adviento es gravidez que viene pidiendo urgencias. Ya están convocados ángeles y reyes, pastores, pesebre y bueyes… El Adviento es Ella, es la Virgen bella, serena, ante el cuenco de pajas que ya se quiebran. Ya se escucha el «Gloria» en lejanía. El Adviento es Ella: ¡Santa María!
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